Fracasaron

Marzo 2008

Una vez más, el peronismo demuestra su incapacidad fundacional y conforme a lo advertido por las personas sensatas al inicio de este enésimo intento de gobierno anti-empresa, fracasa en toda la línea arrastrando a la República tras de si.

La diana de este amanecer de un fin anunciado, la da hoy el mundo del interior agrario, que se resiste entre gritos y movilizaciones a esta nueva vuelta de tuerca en la expropiación masiva, en el robo excesivo, liso y llano de lo que por derecho les es propio : el fruto de su trabajo. Con estos 2.300 millones más, ya llegan a 15.000 millones los dólares extraídos en el año. Succionados de movida. Antes de empezar a pagar una larga lista de elevados impuestos.
Y además con “actualización automática” con lo que los productores ahora saben sin sombra de duda que sus precios quedan congelados en un contexto de inflación desbocada para sus insumos.
Más allá de que la amenaza de la fuerza bruta estatal consiga doblegar una vez más al caballo de tiro haciendo restallar el látigo de la necedad, este grito de la argentina profunda, real, ha marcado con el pié una raya en el suelo.

Las “retenciones” (¡impuestos a las exportaciones en un planeta que se globaliza!) vienen como anillo al dedo a los gobiernos populistas que las usaron. Consiguen el doble propósito de aportar ingentes fondos a las arcas de la clase política y de deprimir artificialmente los precios internos de algunos alimentos básicos o de los combustibles, ya que no sólo granos, carnes, aceites o lácteos cargan con esta iniquidad expropiatoria sino que también el petróleo y otros productos la sufren. Como las retenciones no son “coparticipables”, son dinero que sirve al gobierno central para someter mediante la chequera a provincias y municipios, subsidiar al empresariado ineficiente y prebendario que lo apoya, sostener así su política de precios falsos, pagar tributo a la mafia sindical o comprar votos mediante chantaje asistencial con vistas a la próxima elección. Negocio redondo. Círculo cerrado. Condiciones de corrupción asegurada. ¡Larga vida a los piolas!



Esto hace posible la descabellada estrategia peronista de mantener, fronteras adentro, bajos valores para alimentos, energía y servicios acordes con un bajo nivel general de salarios. Descabellada porque a) nadie que quiera invertir en agroindustria, nuevos recursos energéticos o servicios modernos para la población traerá dinero a la Argentina. Desde hace años no lo están haciendo y ya empiezan a verse las consecuencias. b) los desfasajes de precios con el resto del mundo nos descolocan y excluyen en el comercio internacional. Desde hace años Argentina viene perdiendo competitividad en un mundo cada vez más interdependiente y la consecuencia de ello es una cantidad cada vez mayor de “argentinos pobres globales” cada vez más lejos del standard de vida y demás ventajas de los países avanzados. Chile, Brasil o Uruguay entre muchos otros, ya nos dejaron en la polvareda.

La clase política argentina descubrió la pólvora. El pequeño detalle de de dónde sale el dinero ya fue resuelto hace tiempo : de los empresarios eficientes, claro está. De los que pueden exportar en abierta competencia con otros empresarios del mundo. ¿De dónde sino?
Los empresarios ineficientes que el populismo fabricó durante décadas mientras saqueaba a los eficientes, solo pueden subsistir en un país cerrado a la competencia internacional. Ellos necesitan subsidios, no impuestos.
El pueblo trabajador, condenado por estos mismos líderes a un miserable nivel de subsistencia durante largas décadas, tampoco puede hoy aportar nada. Ellos también necesitan precios subsidiados para vivir con sus salarios socialistas.

La raya en el suelo marcada con el pié está diciendo “hasta acá llegamos. Basta de tomarnos por idiotas. El nivel salarial de los argentinos debe subir ya mismo a valores internacionales y los productores argentinos deben recibir ya mismo los verdaderos precios de lo que producen. ¿El gobierno necesita ese dinero ajeno para tapar el desastre creado por ellos mismos? ¡Pues pídanlo prestado a quienes le pertenece, señores! El medioevo terminó. No somos siervos de la gleba, esclavos trabajando para una señora feudal que nos quitará lo que se le antoje. Aquí hay una Constitución que garantiza la propiedad privada. Leyes que condenan el robo. Queremos nuestros 15.000 millones para reinvertirlos en producción y crecimiento desde las comunidades del interior".

Un gobierno peronista está otra vez en el callejón sin salida del socialismo que expropia con prepotencia totalitaria alejándonos de la civilización.
Roguemos que la salida de este callejón no sea nuevamente un helicóptero.

Intendentes

Marzo 2008

Ser intendente de una ciudad mediana no es tarea fácil.
Nuestro país, nuestra provincia y nuestra propia comunidad necesitan ya, ayer, una enorme cantidad de cambios para satisfacer de una vez por todas los deseos de la gente.
Gente que clama a diario por aquellas cosas que percibe con disgusto como impedimentos para una mejor calidad de su vida.

La mayoría de los argentinos anhelamos un sistema que no dé oportunidad a los corruptos de enriquecerse, que facilite el progreso económico a los honestos y a los laboriosos, que simplifique nuestros trámites al máximo y reduzca nuestros impuestos a un mínimo.
Que provea una Justicia recta e implacable, sin hijos y entenados; expeditiva y con sentido común, para asegurar en nuestras ciudades un firme respeto al prójimo, a la propiedad y a la autoridad. Queremos pocas prohibiciones, amplias libertades y civilizada tolerancia con quienes deseen vivir entre nosotros y pensar en forma diferente sin agredir a nadie.
Un sistema donde lo voluntario prime siempre sobre lo coercitivo y donde la negociación dialogada reemplace siempre a la violencia, sea esta gubernamental o privada. Todo en un ambiente seguro y pacífico, donde dispositivos y métodos policiales de alta tecnología se combinen para protegernos eficazmente del delito. Queremos igualdad de oportunidades para todos y educación de primera para nuestros hijos en un entorno que premie el esfuerzo quitando todo estímulo a vagos y avivados.

Queremos, en definitiva, un gobierno municipal (y también provincial y nacional, claro) honrado, muy frugal y laborioso conformado por hombres y mujeres con real vocación de servicio público y sin ambiciones personales durante el tiempo que dure su mandato.
Lograr esto requiere no solo integridad y claridad mental sino mucho dinero. Y ese dinero solo aparece en sociedades que crecen en serio merced a una pujanza cultural y económica libre de trabas.
Ser intendente en una ciudad mediana, como vemos, no es tarea fácil.

El intendente que quisiera jugarse por su pueblo revirtiendo en un solo período décadas de inoperancia populista tendría que encarar una gestión decididamente frenética.
¡Poco y nada de encontrarse en su despacho! La mayor parte del tiempo debería estar viajando (con austeridad republicana) por el país y el mundo en procura de atraer a su ciudad capitales humanos y financieros, inversores de riesgo, nuevas empresas con nuevos productos, negocios de exportación no tradicional, servicios empresarios creativos, artistas experimentales, intelectuales en busca de un entorno estimulante, multimedios electrónicos, ONG`s interesadas en apoyar la experiencia de un polo de crecimiento social acelerado, instituciones de crédito internacionales de orientación global que asesoren y enlacen las producciones locales con las necesidades de sitios distantes, instituciones educativas con proyección nacional y educadores con pedagogía de punta que atraigan estudiantes de todas partes, laboratorios de investigación científica, fundaciones filantrópicas de avanzada, call centers, creadores de software, fabricantes de micro insumos tecnológicos de alto valor, expertos en desarrollo turístico no convencional, productores de agro-especialidades intensivas y... otros 700 etcéteras más.

Paralelamente, nuestro funcionario tendría que buscar soluciones efectivas y veloces a los mil y un problemas que un avance de esta naturaleza plantearía en un país como el nuestro, copado por la máquina de controlar e impedir estatal.
¿Problemas de papelería y autorizaciones para importar y exportar? Allí está nuestro hombre con su grupo de jóvenes profesionales buscando el mejor equipo de abogados, escribanos y despachantes de aduana que pueda hallarse en el país a fin de allanar con celeridad o facilitar el camino burocrático a las empresas.
¿Problemas de logística? El y su equipo de expertos trabajarán codo a codo con los emprendedores en su lucha sin feriados ni horarios en procura de lo mejor que el país pueda ofrecer para solucionar cada caso. O licitará internacionalmente las soluciones adecuadas en tiempos récord.
¿Problemas energéticos y viales? Nuestro intendente deberá acosar con cartas documento y requerimientos de obras al ministro de Infraestructura de la nación al tiempo de interponer severas acciones de amparo legal que “autoricen” la creación de empresas privadas que, con tecnología moderna amigable con el ambiente, den pronta respuesta a las necesidades fabriles de la comunidad en crecimiento. Caminos asfaltados en todo el partido, con peaje si hace falta, para interconectar la intensificación agropecuaria local con ventaja sobre otras zonas y dar atractivo a la radicación de emprendimientos modelo. Atrayendo industrias lácteas, aviares, porcinas, de acuicultura, de cultivos exóticos, super intensificación ganadera o de biocombustibles entre muchas opciones posibles.
¿Problemas impositivos? Desgravación productiva deberá ser el slogan de cabecera de nuestro servidor público. En lo municipal para empezar, pero también en lo provincial y nacional forzando acuerdos de crédito impositivo a cubrirse con aumentos sustanciales en la productividad y la producción de todo tipo de actividades económicas en proceso de creación.
Diferimientos tributarios, bonificaciones por eficiencia exportadora, exenciones de impuestos por interés público declarado, recursos de inconstitucionalidad fundacionales ante la Corte Suprema, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, La Haya o ante quien sea para llamar la atención del mundo sobre nuestro patológico terrorismo de Estado fiscal, y toda la artillería contable y legal proporcionada por los más aguerridos e influyentes estudios y asesores del país.

Y así con cada palo que la máquina de controlar e impedir ponga en la rueda del progreso de nuestra hipotética ciudad. Porque cada dinero municipal invertido en defensa de una sociedad y una economía libres redituará por diez sobre la comunidad.

Hace falta energía. Voluntad incansable a favor de su gente. Días y noches de trabajo silencioso. Garra, sentido común y una piel muy resistente a las críticas de los políticos y sindicalistas de nuestra nomenklatura progre.
Este y no otro es el camino directo al desarrollo, a los altos salarios, al pleno empleo, al crecimiento exponencial de una comunidad con real voluntad de progreso. ¿Existe, no ya tal intendente, sino tal comunidad? ¿O preferimos elegir los planes “trabajar” y el asfixiante marasmo socialista de la Argentina de hoy?