Rebelión en la Granja

Marzo 2021

 

Quienes hayan leído el clásico Rebelión en la Granja de George Orwell no tendrán dificultad en identificar la actual encrucijada política y económica Argentina con las sátiras allí expresadas, tanto como con sus consecuencias prácticas y enseñanzas morales.

Las coincidencias surgen claras, diríase a borbotones en medio de nuestra pavorosa rodada hacia la pobreza.

Sin ir más lejos y ciñéndonos tan solo a los personajes principales del libro vemos en el jabalí Viejo Mayor al alter ego de E. Laclau, gurú filosófico del kirchnerismo que, desde su confortable cátedra en Gran Bretaña, recomendara pobrismo y grieta violenta como método político conducente. El cerdo Napoleón, por su parte, encarna a la perfección en la Sra. de Kirchner y su poder fáctico mientras que los 9 mastines de la novela no serían otros que los militantes de La Cámpora, obedientes guardianes de su ama. El papel del díscolo líder Snowball corresponde al presidente Fernández quien, a no dudarlo, acabará -como su personaje- corrido y humillado sin contemplaciones. Los caballos Boxer y Clover, con su tenaz y siempre crédulo apoyo, representan ese sector del electorado nacional que habiendo votado a la centro-derecha macrista en 2015 y 2017, sucumbió a las promesas peronistas del profesor Alberto en los comicios del ´19 en tanto el burro Benjamín y la cabra Muriel se corresponden con J. L Espert, J. Milei y la fracción más libertaria de los argentinos, que descreen de los políticos tradicionales y de la política en general (aunque apoyen usualmente al “menos malo”). La coqueta yegua Mollie, por su parte, representa fielmente a nuestra “burguesía apolítica” que, a pesar de ver cada día reducido su nivel de vida, sus derechos y libertades, evita involucrarse por comodidad y pusilanimidad prefiriendo, de última, huir. Las mayoritarias ovejas del clásico de Orwell, por fin, con su escasa comprensión de la situación, su adoctrinada ignorancia y rápida sucesión de balidos aprobatorios, son el “pueblo” justicialista que el clientelismo vernáculo usa; anulando sus esperanzas y enviándolo camino del matadero pobrista, destino donde quedan liquidados todo vestigio de República y Constitución, haciendo posible así la buena vida de nuestra Napoleón y sus perros.

Rebelión civil, fiscal y mental en esta, nuestra granja, es lo que realmente necesitamos hoy. Una gran Mesa de Enlace de la Argentina Productiva (o lo que queda de ella) parecería ser el modo idóneo de lograrla coordinadamente y sin violencia mas con firmeza.

Lo que queda tras esto es solo bajada de brazos, abandono de sueños, sometimiento a la miseria y acatamiento definitivo a un feudalismo ultracorrupto o… secesión.





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